¿Existe discriminación racial? ¿Soy racista? Esas son las preguntas que seguramente te estarás haciendo al leer esto. La respuesta a ambas preguntas es sí. Sí porque somos educados en un sistema de racismo social. En las últimas semanas leí dos libros que me hicieron abrir los ojos a una realidad en la que siempre clasificamos las cosas en cajones. Somos así etiquetamos todo lo que nos rodea para facilitarnos la tarea de enfrentarnos al mundo. Así que en la visión compartimentada confirmamos y repetimos las muestras de comportamiento socialmente aceptadas sin pararnos a pensar en el significado de estas o las consecuencias que tienen para otros seres humanos.
Día Internacional contra el Racismo
El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial se celebra el 21 de marzo de cada año. Ese día, en 1960, la policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra el apartheid en Sudáfrica. Al proclamar el Día en 1966, la Asamblea General de las Naciones Unidas instó a la comunidad internacional a redoblar sus esfuerzos para eliminar todas las formas de discriminación racial.
Recientemente las noticias se hicieron eco del brutal acto de racismo en el que un americano disparó y asesinó a varias mujeres de procedencia asiática alegando “fetichismo sexual”. Desde que empezó la pandemia del coronavirus existe una ola de ataques a la comunidad asiática acusados de ser culpables del virus que azota a la humanidad.
Siempre la división nosotros y los otros. ¿Quiénes son nosotros? ¿Quiénes los otros? No podemos hacer una clasificación basándonos en criterios físicos: color de piel, de pelo de ojos, altura…todas estas características y otras como las creencias religiosas, orientación sexual, género no indican si esa persona es una buena persona, si respeta a otros, si tiene valores o intereses compartidos contigo.
A lo largo de los años que he pasado dando vueltas por Europa he vivido situaciones que me han servido para recordar esto, para ir dejando esas miguitas en el camino a descubrir la racista que hay en mí. ¿Qué prejuicios tengo? ¿Cómo reacciono cuando hay personas diferentes a mí en entorno? No solo existe racismo, también discriminación, clasismo, machismo…y todos los -ismos malditos del mundo que hemos creado para dividir la realidad en cajones que nos hagan sentir más seguros. ¿Seguros de qué? Si para sentirte bien contigo misma tienes que presionar a otros, hacerles daño, discriminarlos háztelo mirar porque está claro que el problema está en ti y no en otros.
¡Yo no soy racista!
Dicho esto en los medios alemanes se está hablando de la falta de diversidad en instituciones y organismos oficiales. Trabajo en una institución cultural en la que en los últimos 6 años se están abriendo las puertas a BIPOC y LGTB+. A veces me pregunto porqué está socialmente aceptado que los artistas, los creativos puedan ser diferentes a la norma heteropatriarcal. Como si de alguna manera el saber que están clasificados en esa área donde se les premia y reconoce su labor profesional nos limpiara el karma y mágicamente dejáramos de ser racistas. No, lamentablemente también somos racistas cuando damos por hecho que las personas de color son grandes deportistas, bailan mejor o dominan ciertos tipos de ritmos musicales como artistas. Eso es racismo positivo, positivo pero racismo.
Uno de los fragmentos que más me hizo pensar fue el dedicado al White Saviorism escrito por Alice Hasters en su libro „Was weiße Menschen nicht über Rassismus hören wollen aber wissen sollten“ (lo que las personas blancas no quieren oír pero deberían saber sobre el racismo). Nos hemos creído la película en la que nosotros europeos blancos somos los salvadores del mundo. En todo curriculum debes tener un voluntariado en alguna ONG en África, India o América Latina. ¿No es otra forma de racismo creer que los otros nos necesitan para ser salvados? Sigo creyendo en el proverbio chino „enséñame a pescar y no volveré a pasar hambre“. Además nosotros también tenemos mucho que aprender de otros.
Abre los ojos: todos somos racistas
Como mujer tengo mucho que aprender sobre las mujeres BIPOC y esa fuerza, el coraje y el ego sano que muestran al mundo, la hermandad #sisterhood que mantienen viva como red de apoyo entre ellas. Algo que muchas veces echo en falta en todos las categorías en las que se me puede clasificar: mujer, española, emigrante, con estudios superiores, soltera, sin hijos, jefa de equipo, docente, hija, hermana, tía, pareja, extranjera, alemana, autora. El apoyo de una comunidad es fundamental y por eso no dejo de recomendar la lectura de un segundo libro: Tupoka Ogette «Exit Racism. Rassismuskritisch denken lernen» (Sal del racismo: aprende a pensar el racismo de forma crítica). Lamentablemente ninguno de estos libros está traducido al español pero no hace falta tener un nivel alto de alemán para poder leerlos. ¡Muy recomendables para mejorar tu alemán y la consciencia intercultural sobre Alemania!
Es necesario que cada persona se confronte a sí misma, sus valores y prejuicios. No apoyar un ataque racista en público no basta para que puedas designarte no racista. Hay miles de pequeños detalles en el día a día que muestran nuestro racismo socialmente aceptado. Debemos tomar la decisión de analizar en modo crítico nuestro „ser blanco“.