Esa fue la respuesta que le dieron a uno de mis estudiantes recién llegado a Madrid para empezar su semestre de Erasmus: ¡Que no te enteras, Contreras! ¿Qué contestó él, como buen alemán?
– Perdone, pero me llamo Daniel, no Contreras. Creo que me confunde con otro estudiante.
De buena gana le habría visto la cara al otro cuando recibió esta respuesta. Lo cierto, es que el español es un idioma cargado de expresiones hechas de origen más o menos histórico. Estas expresiones no siempre aparecen explicadas en los manuales de enseñanza que utilizamos. Esto se debe, quizá, a la tendencia al título y al „sacarse el DELE“ de los estudiantes alemanes. No lo sé. Para mi, el objetivo claro de mis cursos es enseñar a aprender español en las situaciones de contexto comunicativo a las que se van a enfrentar los estudiantes fuera del entorno académico. A fin de cuentas, cuando decidimos aprender una lengua extranjera estamos dando un pequeño gran paso para salir de nuestra zona de confort.
¿Modismos y frases hechas en el aula de ELE?
Cuando aprendemos un idioma nuevo escuchamos algunas expresiones confusas que no tienen sentido si las traduces directamente a tu lengua materna, y además no parece que tengan sentido en el contexto de la conversación. ¡Qué locura!
Los dichos o frases hechas son frases que utilizamos con un sentido figurado, en lugar del que sería su significado literal. Este tipo de expresiones tiene relación con la cultura de los hablantes del idioma. Lo que significa que hablantes de español de Argentina no entenderán los modismos utilizados en España y al revés. Incluso dentro de España hay distintas variantes de la misma expresión.
Sí, claro que el contexto académico y profesional es importante pero todos los que hemos aprendido otras lenguas nos hemos pegado el patinazo al aterrizar en un país rodeados de nativos. Por mucho que hayas pasado horas y horas rellenando ejercicios de huecos con la conjugación verbal correcta, topas con una serie de situaciones imprevisibles. En estas situaciones inevitables descubres que te falta vocabulario, que desconoces las expresiones o simplemente te falta entendimiento del código no verbal que acompaña a las mismas.
Hablando se entiende la gente
Cuando estudiaba en la escuela oficial de idiomas en España me aburría que cada curso tuviéramos los mismos bloques: presentarse, aficiones y tiempo libre, ir a la farmacia o pedir direcciones en la ciudad, ir al restaurante y contexto académico/profesional. Todo muy estructurado y muy útil pero luego cuando estás ahí en vivo y en directo y alguien te dice eso de: ¡Que te vas por las ramas! Te quedas como un pasmarote sin comprender: ¿significa eso que tengo que buscar un árbol? Pero si no veo ninguno aquí, ¿qué hago? ¿Qué contesto? ¿Se están quejando o es un comentario sin más?
Por eso celebré la llegada del Diccionario audiovisual de gestos españoles de Ana M.ª Cestero Mancera, Mar Forment Fernández, M.ª José Gelabert Navarro y Emma Martinell Gifre. Como las autoras recogen en la presentación:
La competencia comunicativa, sumada a unas competencias generales, no relacionadas directamente con la lengua, se ejerce en un ámbito específico, a través de la recepción y la interpretación de secuencias de discursos -textos- y, claro está, a través de la elaboración y la emisión de otras tantas secuencias discursivas. La competencia lingüística comunicativa se considera, aplicada a diferentes niveles, gramatical, sociolingüística, discursiva, estratégica y sociocultural. Asimismo, se acepta que la estrategia es, en primera instancia, verbal y, en segunda instancia, se usa con vistas a suplir deficiencias del componente verbal o, simplemente, para dotar de más eficacia comunicativa al texto, según los determinados contextos de actuación.
Este diccionario es de gran ayuda para que los estudiantes alemanes, que de por si vienen de una cultura en la que los gestos son muy medidos y estudiados, puedan descifrar el mensaje que los hispanohablantes queremos transmitir más allá de las palabras que emitimos en cada situación comunicativa.
¡Que no te enteras, Contreras! el origen
Pues ni más ni menos que buscar la rima con «enteras» y para ello se usa el apellido «Contreras». Siempre me he preguntado si tendría alguna relación con Pedro Contreras, portero del Real Madrid hace varios años pero hasta ahora no he podido confirmar esta teoría con datos fiables.