¿Porqué una emigrante española en Múnich publica un libro sobre sus vivencias, dificultades y retos durante la década 2010-2020? te estarás preguntando. Déjame explicarte qué me llevó a compartir todo lo vivido, bueno y no tan bueno, con el resto del mundo.
Pero antes pongámonos en situación. En marzo de 2020 mi rutina cotidiana cambió de un día para otro. De pronto, el trabajo dejó de ser la ocupación más importante del día. De repente, nadie sabía cómo iba a seguir la economía y nuestra vida durante el confinamiento. Aquí al menos podíamos salir a la calle, hacer deporte con otra persona de tu unidad familiar. En España la cosa pintaba diferente: confinamiento estricto en la vivienda unto a cifras terroríficas de enfermos y fallecidos.
Toda buena historia tiene un buen motivo
Me sentía impotente, atada de manos en la distancia simplemente esperando noticias desde España. Mientras tanto ahí estaba yo en el mes de abril con una taza de café en la mano sentada en el balcón. Necesitaba la vitamina D, los rayos de sol y ¡de repente escuché a alguien hablando en español! ¿Tenemos vecinos españoles? – me pregunté. No, en nuestro bloque no pero sí en el edificio de enfrente. La chica en el balcón al otro lado de la calle ¡es española! Así que me lancé a escribir un mensaje en un grupo de Facebook de españoles en Múnich y ¡tachán, tachán! gracias a mi post, conectamos. Los días siguientes nos escribimos, nos preguntamos mutuamente por nuestras familias en España, por la situación en el trabajo, por nuestros rincones preferidos de nuestra nueva ciudad.
De profesión emigrante española en Múnich
Además de mi vecina otros «vecinos» respondieron a mi mensaje. En la calle paralela, en la plaza detrás de nuestra calle, en la avenida al otro lado…¡por todas partes gente de España! De repente, después de diez años en el exilio voluntario eché de menos mi tierra. Me entró la morriña. Me faltaba ese carácter nuestro un poco picaresco, un poco despreocupado, de echarle sal a la vida y tirar para adelante con humor. Por eso propuse que nos reuniéramos en Zoom para conocernos.
Sucedió así que, de repente, no sólo conocí a mis vecinos de los alrededores sino que además recordé el camino recorrido desde 2010, cuando llegué a esta ciudad obligada por una beca hasta llegar a ser la persona que soy ahora. Nunca habría pensado en quedarme aquí ni en solicitar la doble nacionalidad. Desde el principio mis planes siempre fueron cumplir con la beca y después echar el vuelo de nuevo a quién sabe dónde, donde mis alas me llevaran. Resulta que las dos horas del encuentro digital con mis vecinos españoles me hicieron pensar en las dificultades e inconvenientes que tuve, en lo sola y perdida que me sentía en 2010 y lo poco que me gustaban Alemania, sus gentes y costumbres. Ahí estaba yo, dándole consejos a otros y diciéndoles eso de: «Hasta que llega la deutsche vita y te acostumbras a disfrutar de lo bueno».
¡ Viva Baviera a pesar de las dificultades!
Pero ¿Quién soy yo para decirle a nadie lo que tiene que hacer? Eso fue lo primero que pensé cuando uno de mis vecinos me sugirió escribir todas mis hazañas de expatriada en la capital bávara. Entonces pensé que contarle al mundo mis aventuras y desencuentros con la cultura alemana podía servir com oterapia de choque para los que como yo, se sintieron perdidos lejos de su país de origen.
Para animarme a perder el miedo al qué dirán y la vergüenza de compartir bajones, marrones y situaciones kafkianas (pero reales) decidí publicar el libro con un objetivo: los beneficios como autora irán destinados a crear un programa de mentoring que conecte a los recién llegados con los que ya estamos establecidos aquí. Una forma de estar en buena compañía, ampliar contactos, recibir consejos de quiénes pasaron por las mismas situaciones y, a la vez crecer mutuamente como personas y profesionales. ¿Me acompañas en este viaje entre dos tierras? Aquí puedes hacerte con tu ejemplar del libro en papel o ebook.
Cada ejemplar vendido es una aportación para poner en marcha el proyecto de mentoring para mujeres hispanohablantes.